Texto: Mateo 28:19-20
Dios es un Dios de pactos, y este es el medio que Él utiliza para relacionarse con su pueblo. En la antigüedad, estableció con el pueblo de Israel el pacto de la circuncisión. Con la venida de Jesús a este mundo, dejó establecido el bautismo en agua como uno de los medios para sellar nuestra fe y nuestro compromiso con Él.
1. Jesús nos dio su ejemplo
Antes de dar inició a su ministerio, el Señor Jesucristo se acercó al Jordán para que Juan lo bautizara. Después de que Jesús se bautizó, sucedieron tres cosas:
• Los cielos se abrieron
• El Espíritu Santo descendió como paloma y vino sobre Él.
• Hubo una voz del cielo que decía: “Este es mi hijo amado
en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17)
En esta enseñanza veos tres bendiciones que cobijan a aquellos que dan el paso del bautismo:
A. Los cielos estarán abiertos para ellos: Esto significa, que la relación del hombre con Dios la cual había sido interrumpida por el pecado de Adán, fue restaurada en Jesucristo Ahora.
B. Serán llenos del Espíritu Santo: Así como Jesús recibió la llenura del Espíritu Santo después de su bautismo, también el creyente, al dar el paso de obediencia, es revestido del poder de Dios (Gálatas 3:27)
C. Serán adoptados: La declaración " Este es mi hijo amado" nos da la seguridad de que somos amados verdaderamente por Él Padre, pertenecemos a una nueva familia, la familia de la fe.
2. El bautismo es un mandato divino
Antes de que Jesús ascendiera al cielo, dejo un mandato claro para todos los creyentes en (Mateo 28:19-20) “Hacer discípulos y bautizarlos”
3. El bautismo debe ser una decisión inmediata a la conversión
(Hch 8:12)(Hch 8:36-38)
CONCLUSIÓN
Si el mismo Señor Jesucristo, sin haber cometido pecado, cumplió con el requisito del bautismo, cuanto más nosotros, que debemos iniciar una nueva etapa en la vida en la cual morimos a nuestra vieja naturaleza y nacemos a la bendición que Dios tiene para quienes cumplen con lo que dice su palabra.
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