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sábado, 15 de abril de 2017

¿Y SI LA CARGA ME VENCE?




“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, 
y yo os haré descansar” Mateo 11:28

Introducción
Hay momentos en la vida donde te sientes agotado, que ya no puedes más, sientes que aún tu vida es como una carga difícil de llevar. Los quehaceres de la casa, tu hogar, tus hijos, tu trabajo, tu estudio, y aún tu vida espiritual están en medio de una turbulencia tan fuerte que quieres dejar todo, pero es aquí donde debemos hacer un alto en el camino. 

Si sientes que tu vida es un desorden, que las relaciones con tus seres queridos no son las mejores, hay que analizar que sucede. ¿Sera que quizás tu relación con Dios nunca ha sido buena o a menguado? ya no tienes tiempo ni para orar, sientes que la carga del trabajo es mucha, y a esto se le añaden los roces que tienes con aquellos que tanto te aman “tus seres queridos”.

¿Cómo puedo quitar esta carga tan pesada y difícil de llevar?

Veamos algunos aspectos:

1. Volver mis ojos a Dios 
Alzaré mis ojos a los montes;¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. (Salmos 121:1-2)

El es el único que me puede socorrer, él sabe muy bien lo que sentimos y lo que estamos atravesando.
Si yo no lo busco a él primero, todo lo demás seguirá en desorden y siendo una carga.

¿Cómo lo busco? R/= Orando y leyendo su palabra.

2. Organizando el tiempo 
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. (Eclesiastés 3:1)

Todo tiene su tiempo. Si yo organizo mi día, hago una especie de cronograma y lo cumplo, el día me va a alcanzar y me sobrara tiempo. Esto me dará ánimo para continuar; como dice el dicho popular “Al que madruga Dios le ayuda”

Si comienzo mi día buscando el rostro de Dios, el resto de cosas serán más fáciles de sobrellevar.

3. Arreglar la diferencias 
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.(Romanos 12:18)

Debo estar en paz con todos, y más con los que están cerca. Mis seres queridos tengo que verlos como un apoyo, y no como un problema; las peleas, y las malas palabras que a veces utilizamos para herir a nuestro prójimo deben ser desechadas y debo pedir perdón.

No es fácil, pero es lo único que hará que mi corazón se sienta en paz.

Puede que todo no se vuelva color de rosa, pero si aplicamos estos tres aspectos en nuestras vidas, notaremos que los quehaceres de la casa, los hijos, el hogar, el trabajo y la relación con todos los que me rodean, será mucho más fácil de llevar.

Conclusión
Nosotros mismos no podemos llevar nuestras cargas, debemos entregarlas al Señor. Si buscamos su rostro cada día, organizamos bien nuestro tiempo y estamos en paz con los que nos rodean, entonces no tiraremos la toalla.

“Sólo Dios puede hacer que tu vida esté ordenada”

¡Bendiciones!
Elizabeth Giraldo
Pastora 

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