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sábado, 15 de abril de 2017

FALSOS MAESTROS

Los tiempos que estamos viviendo son de mucha preocupación, pero a la vez, nos motivan a estar muy alertas sobre los diferentes vientos de doctrina que soplan en la actualidad; que tienen como único fin, el hacernos extraviar de la sana doctrina bíblica basada en el fundamento de los apóstoles.

Algo muy similar se vivía entre los años 60 – 80 D.C; vientos de doctrina falsos soplaban por doquier. Se cree que en estas fechas aproximadamente se pudo haber escrito la carta de Judas que aborda este crucial tema y que trataremos continuación.

¿A Quién Fue Escrita la Carta y de Qué Trata?
Judas no nos da indicios sobre dónde vivían sus primeros lectores o quiénes eran, excepto que eran cristianos (Vs 1) y amados (Vs 3, 17, 20).

“Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo” (Vs 1)

La aparición y esparcimiento de las falsas enseñanzas le habían llevado a responder por escrito con una advertencia sobre las consecuencias de seguir a aquellos que propagan ideas heréticas, y un llamado a perseverar en la fe apostólica.

¿Cuál Es el Mensaje de Judas Para Nosotros?
Como nosotros, Judas vivió en una época que consideraban a todas las religiones como buenas en la búsqueda de un ser supremo. Por eso da un llamado a permanecer en una fe que es a la vez única y revelada (Vs 3,4).

Judas lo hace de cuatro maneras:
1. Expone el peligro, lo infructuoso y el destino final de los falsos maestros (Vs 5–16).
2. Llama al pueblo de Dios a crecer en su fe cristiana y su expresión (Vs 20, 21).
3. Da nueva seguridad de los propósitos firmes de Dios (Vs 24).
4. Los llama a no perder oportunidad para el evangelismo (Vs 22, 23).

Estas directivas son de tanta ayuda a los cristianos de hoy como lo fueron para los lectores originales de Judas.

Refuta y rechaza a cualquier maestro que:
(1) Enseñe cosas que no se pueden aplicar
(2) Tenga una conducta licenciosa (libre, atrevido)
(3) Hable irrespetuosamente de las autoridades
(4) Rechace la autoridad establecida
(5) Esté más preocupado por el dinero que por el bienestar de aquellos a quienes ministra
(6) Prometa cosas que no cumple ni puede cumplir
(7) Cambie constantemente su mensaje; es decir, siempre enseñe algo nuevo
(8) No muestre ningún fruto de perseverancia
(9) Se queje y critique a otros
(10) Esté motivado por el afán de lucro personal
(11) Se promueva a sí mismo
(12) Manipule a los demás para obtener algún beneficio.

Conclusión
En el día de hoy, aquellos que proponen normas no bíblicas, y que quizás afirman poseer el Espíritu, amenazan la fe de los cristianos. Sin embargo, el poder de Dios es capaz de impedir que caigamos en esos errores, pero nuestra responsabilidad es crecer en la fe por medio de la oración y el estudio de la Palabra de Dios. Las Escrituras son el recurso que poseemos.

Al mismo tiempo, debemos estar alertas y dispuestos a llamar la atención de aquellos que están siendo arrastrados por las falsas filosofías de error que conocemos hoy.


¡Sirviendo al Maestro!

Luis Fernando Giraldo
Pastor

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