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lunes, 10 de abril de 2017

VIVIENDO EL GETSEMANÍ

Lucas 22:39-46Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Jesús ora en Getsemaní
(Mt. 26.36-46; Mr. 14.32-42)

39 Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.
40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.
45 Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza;
46 y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.

VIVIENDO EL GETSEMANÍ

En la vida podemos experimentar momentos difíciles y la verdad casi nadie está preparado para afrontar esos momentos. Como creyentes debemos asumir la postura correcta sabiendo responder a esta pregunta que sería ¿Cómo voy a enfrentar esos momentos difíciles en mi diario vivir? En Marcos, Mateo y Lucas podemos leer la experiencia de Jesús en el momento más difícil que le tocó afrontar aquí en la tierra; y fue justo en uno de sus lugares favoritos que él utilizaba para encontrarse con él Padre, el huerto de Getsemaní.


Huerto de Getsemaní, en Jerusalén

La palabra Getsemaní proviene del arameo, compuesta por 2 palabras: “Gat” que significa prensa, y semana que viene de shmanei que significa aceites.

Su significado es el lugar donde se extra el aceite de los olivos. Un aceite muy preciado y usado en la alimentación. Getsemaní se convirtió en un lugar de agonía.

Aceite de Olivo

Debemos entender que así como en el huerto la autocomplacencia de Adán nos arruinó, también en otro huerto (Getsemaní) las agonías, el sufrimiento y la renuncia a su voluntad del otro Adán (Cristo) nos dieron restauración.

1.
Lucas nos dice que nuestro Señor se encontraba en agonía. La expresión agonía significa conflicto, contienda, lucha.

¿Con quién era su lucha? Definitivamente era consigo mismo. No era ni con Dios, ni con Satanás, ni contra las personas, era contra la propia agonía de su alma, era contra su propia voluntad. “Si es posible pasa de mi esta copa” (Lc 22:42). Esto fue tan fuerte que su sudor fue como grandes gotas de sangre (Lc 22:44).

En la vida cristiana constantemente debemos luchar contra nuestra voluntad para lograr la obediencia a Dios. Pero la satisfacción es que esta lucha trae bendición a nuestras vidas.

2. En esta experiencia él Señor Nos enseña que para recibir el alivio a cualquier circunstancia difícil, no podemos apoyarnos en la ayuda humana. Jesús buscó ayuda en la compañía de los hombres es decir de sus discípulos, pero él se dio cuenta que no eran capaces de ayudarle. Se quedaron dormidos, por más que quisieron la carne los venció. 

¿Qué hizo él Señor Jesús para recibir el alivio? RECURRIÓ A LA ORACIÓN. Se dirigió a Dios como Padre, tomando la posición de un niño que busca el consuelo de un padre; y Dios le fortaleció enviándole un ángel (Lc 22:43).

Si oramos Dios enviará ángeles para fortalecernos. Las victorias se consiguen en oración.

Conclusión
¿Tienes un Getsemaní personal? Debemos aprender que lo fundamental e importante para cada uno de nosotros es orar a Dios, entregar nuestra voluntad y confiar en él, porque él tendrá cuidado de nosotros y nos dará la victoria sobre cualquier circunstancia que podamos estar pasando.

¡Sirviendo al Maestro!

Ps. Luis Fernando Giraldo

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